Investigadores de la Universidad de Regina, en Canadá, han revelado un descubrimiento espectacular: vasos sanguíneos preservados en una costilla fracturada de Scotty, un Tyrannosaurus rex que vivió hace ~66 millones de años. Esta estructura, junto con señales de tejido blando y colágeno antiguo, aporta pistas inéditas sobre cómo estas bestias prehistóricas sanaban sus heridas.
🔬 Los datos que cuentan
- Scotty es uno de los T. rex más grandes y longevos descubiertos hasta ahora. El hueso analizado proviene de una costilla fracturada que muestra señales de sanación.
- Usando tecnología de punta como rayos X de sincrotrón y micro-tomografía, los científicos pudieron generar modelos 3D ultradetallados del hueso. Estas imágenes revelan vasos sanguíneos, zonas con altos niveles de hierro y manganeso, así como rastros de colágeno preservado.
- El análisis químico, especialmente espectroscopía infrarroja, confirma la presencia de colágeno, proteína clave para el tejido conectivo, lo que sugiere que no son simples moldes minerales sino que parte de la estructura biológica original quedó atrapada en el fósil.
- Los vasos se ubicaron justo alrededor de la zona fracturada, lo que indica que Scotty vivió varios meses después de lesionarse, tiempo suficiente para que se iniciara el proceso de curación vascular y ósea.
📚 Contexto paleontológico
- No es la primera vez que se descubren lesiones o fracturas en dinosaurios con señales de recuperación, pero sí es rarísimo encontrar tejido blando preservado (vasos, colágeno) en especímenes de este tamaño y antigüedad.
- Scotty fue descubierto en Saskatchewan en 1991. Se estima que tenía unos 30 años de edad al momento de muerte y pesaba aproximadamente 8.870 kg.
- Estudios previos, como los de Mary Schweitzer en Estados Unidos, ya habían encontrado colágeno y células en fósiles mucho más antiguos, pero este nuevo hallazgo amplía la posibilidad de estudiar no solo huesos, sino también detalles de reparación biológica en dinosaurios gigantes.
🧠 Por qué esto importa
- Revela que los dinosaurios tenían mecanismos de sanación más avanzados de lo que imaginábamos: no solo regeneraban huesos, sino que su sistema circulatorio reaccionaba al daño.
- Permite comparar esos mecanismos antiguos con los de animales actuales como aves o cocodrilos, ayudando a entender la evolución de la cicatrización y el metabolismo.
- Gracias a los modelos 3D, los fósiles dejan de ser solo huesos petrificados y se convierten en fuentes vivas de información sobre biología antigua.
✅ Conclusión
Este hallazgo nos acerca más a entender cómo vivían, sufrían y sanaban los dinosaurios. Scotty ahora nos habla de resistencia, de recuperación y de una biología compleja que resistió millones de años. Para quienes amamos la paleontología, la ciencia y la tecnología, es un recordatorio de lo mucho que aún podemos descubrir en lo que parecía muerto.